Si te vienen a contar
Por Gustavo Mares
Y de repente, en redes sociales, Antonio Franyuti, quien dirige Animal Heroes, que encabezó el movimiento para prohibir que los cirqueros trabajaran con animales, dijo que él no tenía nada qué ver con el maltrato que leones, tigres y otras tantas especies sufrieron en el mal llamado ‘santuario’ Jaguar Negro-Tigre Blanco a donde fueron trasladadas las especies ‘rescatadas’.
Qué fácil le resulta evadir la responsabilidad. Claro que tiene la culpa por promover una ley hecha al vapor, sin sustento científico. Todo basado en simple sentimentalismo. Tiempo atrás, antes de que tomara fuerza ese proyecto que mandó al matadero a cientos de animales salvajes, la Asociación de Zoológicos, Criaderos y Acuarios de México A.C. (AZCARM) fijó su postura y con profesionales en la materia demostró que sería un error sacar a los animales del circo para llevarlos a un santuario porque de alguna manera generaban su propio sustento.
Ocurrió lo que tenía que suceder. El dinero y las aportaciones de las personas de buena voluntad que muchas veces se privan de algún lujo por ayudar a su manera a los animales se desvió a todos lados, menos a donde debían llegar.
Han pasado un par de semanas desde que la AZCARM dio a conocer que interpuso una denuncia penal ante la Fiscalía General de la República contra Eduardo Mauricio Moisés Serio, señalado de ser el principal responsable de lo ocurrido en el ‘santuario’ mexicano Jaguar Negro-Tigre Blanco, en el que los medios de comunicación dieron cuenta de tigres y leones al borde de la inanición. Algunos otros mutilados. Algo que estremece el corazón.
No dude usted que Franyuti dirá que en el uso de los recursos de ese ‘santuario’ él no tiene nada qué ver. De eso deberán encargarse las autoridades hacendarias. Sin embargo, lo que queda de manifiesto es que tanto a Antonio Franyuti como a muchos otros pseudo defensores de los animales, poco les importa el bienestar de la fauna salvaje.
Están interesados en los reflectores, el dinero y la influencia política que pueden llegar a tener como es el caso de Franyuti, a quien jamás se le ha visto como activista en el lugar de los hechos.
Tampoco se le ha visto rescatando animales en los incendios o colocándose en medio de los cazadores de ballenas.
Del otro lado de la moneda es habitual verle en fotografías con personalidades de la farándula o con políticos con los que logra acuerdos para beneficio mutuo. Ahora mismo, la mayoría de recursos que recibe su ‘secta’ no es por concepto de aportaciones altruistas, sino por parte de partidas gubernamentales. Además, las cifras que se manejan entre cualquier persona ‘de a pie’ y las autoridades tiene una gran diferencia en cuanto a ‘ceros a la derecha’.
Se sabe también que cada día son menos las personas que creen en el movimiento de Franyuti a quien le ha llovido fuerte en los medios de comunicación.
Pero usted se ha de preguntar ¿a qué viene todo esto en una columna taurina? La respuesta es sencilla: El mismo personaje quiere prohibir las corridas de toros y hacer santuarios para preservarlos, pero sucedería todo lo contrario y el toro bravo estaría destinado a su extinción.
Para finalizar, la pregunta de la semana: ¿De verdad creen que manifestándose en las redes sociales los tomarán en cuenta?