Texto y foto: KENIA SANTOYO
SAN PEDRO XALOSTOC, Estado de México.- Gran ambiente se vivió en el cortijo San Judas Tadeo, que registró un lleno en agradable tarde de toros. Resultó triunfador el diestro Juan Luis Silis, quien ligó tandas de gran calidad que conectaron con los asistentes. A la postre, el de Iztacaldo sería el único que ‘tocaría pelo’.
El abre-plaza fue lidiado por el tlaxcalteca José Luis Angelino, quien brillócon el capote. Saludó con exquisitas verónicas y con la muleta estructuró una faena con temple y técnica, que deafortunadamente malogró con la espada, por lo que todo quedó en fuerte ovación.
El segundo de la tarde le correspondió a Juan Luis Silis, quien salió en volandas tras gran faena coronada con estocada fulminante para pasear dos merecidas orejas.
Alumno del desaparecido torero-charro, Mariano Ramos, el diestro del barrio de Santa Ahita aprovechó a cabalidad las bondades del burel que le tocó en suerte. Toreó por templados derechazos y tersos naturales, que calaron hondo en el ánimo de la afición mexiquense.
El tercer astado le correspondió a Alan Corona, quien escuchó palmas, no obstante que le tocó el astado de menor calidad.
En el cuarto de la tarde firmó gran actuación el juvenil Juan Pablo Ibarra, quien emocionó al tendido con un lance a portagayola muy comprometido. Con el capote se lució con sedosas verónicas. Brilló en las banderillas lo que le mereció una vuelta al ruedo.
En el tercio de muleta obedeció a su inspiración y al grito de ¡torero torero! y como fondo la melodia de ‘Pelea de gallos’ estructuró una gran faena por ambos lados. Lamentablemente las fallas con la espada le impidieron cortar rabo y orejas. Aún así, el respetable lo vitoreó. En compañía del ganadero Juan Flores hijo dio una aclamada vuelta al ruedo.
El ganado de este gran festival fue de La Guadalupana. Dos de los cuatro astados merecieron los honores del arrastre lento. La gente salió muy contenta de este gran festival organizado por el comité pro festejos.
Al término del festejo, el torero de Iztacalco, Juan Luis Silis, en compañía de su apoderado Fernando Rosique, se dijo contento porque las cosas la salieron a pedir de boca.