ADIEL ARMANDO BOLIO
El esforzado matador de toros originario de Yahualica de González Gallo, Jalisco, Román Martínez, se encuentra en plena organización, junto con su apoderado, el diestro en el retiro Rafael García, de lo que será su temporada 2023, luego de los buenos resultados que obtuvo durante 2022, año en el que de manera meritoria alcanzó a torear 27 corridas entre cosos mexicanos y peruanos, siendo la mayoría de ellas en suelo inca, dentro de la que fue su primera campaña formal.
Él mismo Román nos hizo saber que su empeño por foguearse en cosos de Perú se remonta a 2017 cuando fue a torear como novillero para después regresar en 2019, ya como matador de toros, contratado para actuar en dos festejos y terminar por torear cinco y dejando una más que grata impresión.
Por ello, ya en 2020 estaba listo para hacer toda una temporada por allá, sin embargo, a causa de la aparición de la pandemia, por el Covid-19, todo se le vino abajo, aunque si se pospuso para el reciente 2022, con los resultados ya consignados.
Platicando entonces con el propio espada yahualicense nos reveló cómo es que tuvo la arrojada decisión de abrirse espacio en un ambiente taurino tan difícil como lo es el peruano.
“Como dice el refrán de por allá: ‘Perú no es para muchos, es para machos’. Ahí es donde se debe demostrar la vocación que tiene uno como torero, no es fácil andar en esas tierras, pues no solamente es llegar a las plazas y torear, es, entre otros detalles, el saber llegar a los cosos y, en 2022, en mi caso, entre los compromisos que cumplí en México y Perú, llegué a sumar un recorrido de más de 45 mil kilómetros, lo que representa 470 horas de transportación en camión, es decir, 19 días de estar sentando en los viajes. Hubo, inclusive, desplazamientos de hasta 30 horas para poder llegar a la plaza en que se torearía”.
Gracias a este gran esfuerzo ¿la gente peruana te ha aceptado bien?
“Dentro de todo ello, lo bueno es que he podido entrar en las plazas de todas las regiones del país, principalmente, en las del sur, por ello es que esta primera campaña de 2022 ha resultado fructífera y dejando estupendas expectativas”.
¿Qué hay sobre el arranque de tu temporada 2023 en Perú?
“Todavía se están cuadrando algunos detalles para saber si la empiezo en abril, pero lo que si ya está seguro es que a partir de mayo tengo hechas una decena de corridas en el año, lo cual podría incrementarse. Lo que pasa es que la gente que acude a las plazas y te va siguiendo, les vas interesando y, por ende, te van contratado”.
Para las plazas en la geografía taurina mexicana ¿qué hay?
“Mi apoderado, Rafael García, me ha dicho que ha estado en pláticas para poder torear en cosos de los estados de Hidalgo y Jalisco, así como en el sur y sureste del país”.
En tanto ¿cómo es tu preparación?
“Muy fuerte y demandante, sobre todo, por la altura de Perú para que no te dé, cómo dicen allá, ‘El Mal del Soroche’, que no es más que sentir que te falta el aire, oxigenación y dolores de cabeza, pero, en lo personal, no he padecido nada de eso gracias a mi buena preparación física y mental”.
Dentro de tus aspiraciones en la Fiesta Brava peruana ¿podría darse tu debut en el coso limeño de Acho?
“Suena complicado, pero no imposible. Entrar a Acho no es sencillo, sin embargo, si he tratado de torear en las plazas que están alrededor de Lima. El esfuerzo se va a hacer, como igualmente es una asignatura pendiente el poder torear en la Monumental Plaza México cuando vuelva a la actividad y, por supuesto, en la plaza que me vio nacer como torero, el ‘Nuevo Progreso’ de Guadalajara”.