Es difícil, pero aquí estoy: Hilda Tenorio

‘Es difícil luchar con uno mismo, luchar con el interior. Las guerras que tenemos constantes, todos los días. Esas conversaciones con el miedo, con la muerte, con el triunfo o los fracasos. Es difícil, pero aquí estoy’, asegura la valiente michoacana Hilda Tenorio, quien actualmente se encuentra en España con la ilusión de volver a torear, luego de más de cuatro años de inactividad debido a una grave cornada en el rostro, que por poco le cuesta la vida.
Desde su más tierna infancia soñó con abrazar la profesión de torero. Aunque es un ambiente en el que predominan los hombres, la purépecha no se arredra y comenzó su andadura taurina como niña-torera.
Aferrada a lograr sus metas, aunque su entorno le hizo ver muchas veces que la tauromaquia es complicada y más para las mujeres, la moreliana se mantuvo firme a sus metas y luego de mucho tiempo pudo lograr una de las más importantes: tomar la alternativa en la Plaza México.
Sin embargo, a pesar de haber recibido el anhelado abrazo en la plaza de toros más grande del mundo, por alguna razón las oportunidades brillan por su ausencia. ‘Sí, en el toreo hay machismo’, dice categórica la torera mexicana, que tiene la carrera de abogada lo que la ha llevado a trabajar en la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
‘Un ejemplo muy evidente del machismo que hay en la tauromaquia se da en el caso de muchas figuras de renombre que se niegan a alternar con una mujer tenga el estatus que tenga, en tanto que con un hombre no importa. Es normal que una figura alterne con un hombre sólo porque es de la región o porque lo puso la empresa. Pero en el caso de las mujeres es distinto. Para poder alternar con una figura hay que tener una carrera sólida y de muchos años. Creo que no nos miden igual a hombres y mujeres’.
‘Aclaro que también hay compañeros que sí alternan conmigo y que me han apoyado a lo largo de los años. Pero sí, el machismo está presente’, comenta Tenorio, quien toca puertas del otro lado del Atlántico con la ilusión de reaparecer, tras el duro calvario que vivió. ‘Y qué mejor que fuera aquí en España. Por eso estoy picando piedra’, pondera.
Recuerda Tenorio Patiño que alguna ocasión al término de un festejo en la Plaza de Toros México se le acercó un aficionado y le comentó que ‘has toreado muy bien. Lástima que no eres hombre porque de lo contrario estaríamos hablando de la próxima figura del toreo’.
‘Aún hoy día hay en nuestro país una mentalidad retrógrada en relación a la mujer y su relación con la vida nacional’, pondera.
‘Afortunadamente adentro del ruedo, el toro embiste por igual a hombres y mujeres, sin importar estatus y religión. Ahí dentro, en la arena y delante del de negro, todo es de verdad sin trucos ni traiciones’, comenta Hilda a quien han quitado de algunos carteles por ‘recomendación’ de determinado torero.
‘A diferencia del mundo de los deportes o de los espectáculos, la competencia al interior de la fiesta brava es muy dura, tan difícil que estás dispuesto a arriesgar la vida con tal de no dejarte ganar las palmas. Muchas veces algunos hombres no quieren alternar con nosotras porque sienten que les llevamos ventaja por nuestra condición de mujeres, pero no es así’, apunta Hilda.
Luego de doce años de alternativa, Hilda Tenorio no baja la guardia. Ni las lesiones, ni los obstáculos habituales que hay entre los profesionales de la tauroamquia merman su afición y sus ganas por dar todo de sí con tal de alcanzar sus metas y sueños.