Texto y foto: EVERARDO GONZÁLEZ
Ante casi un lleno en la plaza de toros Fermín Rivera “El Paseo”, el matador de toros guanajuatense Diego Silveti se alzó como el triunfador al cortar la única oreja del festejo; sus alternantes no tuvieron suerte estuvieron errantes con la toledana.
Se lidió un encierro bien presentado de Pepe Garfias, el cual fue bueno, destacando el corrido en quinto lugar.
Alfredo Ríos el Conde abrió plaza con “Nazareno” de 466 kg., el tapatío lo recibió de rodillas. El toro peleó fuerte en varas. Con la muleta el Conde poco pudo hacer, lo despachó de estocada; fue despedido con división.
El segundo de la noche llevó por nombre ‘Cañonero’de 480 kg., Julián López, quien toreó bien de capa, rematando con una media; el toro también peleó con el caballo. Con la muleta el diestro madrileño ante las complicaciones del astado, en especial por el pitón izquierdo, por lo que abrevió. Mató de media estocada, y se retiró entre leves palmas.
“Guyo” de 510 kg. salió ligero de patas y brincó al burladero causando algún desastre, pero sin consecuencias pese a que algún monosabio se salvó de milagro de algo más grave. Empujó fuerte en varas. Con el capote Diego estuvo muy bien al realizar un quite por gaoneras. Con la muleta Silveti estuvo con ganas de agradar, pero no encontró colaboración del astado que daba medias embestidas. Mató de estocada y tres intentos de descabello. Escuchó palmas.
“Platero” de 495 kg. Fue el cuarto de la noche. Salió suelto, el Conde también lo recibió de rodillas, quitó por chicuelinas y remató con el manguerazo. Puso banderillas. Después con la faena intentó, todo ante un toro con raza que no lo dejó estar. Mató de estocada caída y se retiró entre división de opiniones.
“Larga vida” de 520 kg. Como todos sus hermanos peleó con el caballo; con la muleta el Juli se mostró empeñoso, logró momentos en los que conectó con la gente, mató de pinchazo y estocada, se despidió entre división de opiniones.
Con “Tesonero” de 473 kg Diego Silveti, realizó una gran faena de clase y valor al toro más bravo del encierro, desde el capote el torero se estiró a la verónica, llevando el toro de los tercios a los medios, rematando ahí con una media. Con la muleta, faena templada por ambos lados, ante un toro que se empleaba y metía bien la cabeza. Con la espada en el primer intento lo hizo recibiendo y después al volapié, descabello al primer golpe, para ser premiado con una merecida oreja. El toro de Pepe Garfias fue premiado con arrastre lento.
Con el toro de regalo, “Tributo” de 480 kg el Conde estuvo voluntarioso , escuchó un aviso.
