Reaparece Silveti el viernes, tras cornada en Aguascalientes

Aún con las carnes abiertas, luego de la dura cornada que sufrió hace algunos días en el marco de la Feria de San Marcos en Aguascalientes, el valiente torero de dinastía Diego Silveti dio a conocer que cumplirá con el compromiso que tiene la noche del viernes en la Plaza Alejandra de Durango, donde alternará en mano a mano con el español Antonio Ferrera para lidiar toros de Carranco, ganadería propiedad de la familia De Villasante, festejo en el que también se anuncia al rejoneador Fauro Aloi.
El gran amor propio de Silveti, así como su férrea decisión, le han hecho tomar la decisión de presentarse en el escenario duranguense. Bajo la atención del profesor Alejandro Mojarro, el torero guanajuatense comenzó una intensa rehabilitación, que le permitirá presentarse en condiciones para afrontar ese comproomiso, luego de doce días de sufrir una cornada de dos trayectorias en el muslo derecho.
Aun con los puntos de sutura, Silveti comenzó a caminar además de subirse a la bicicleta y elíptica con la finalidad de fortalecer la pierna.
Aunado al ejercicio, Silveti toma sesiones en cámara Hiperbárica con la intención de regenerar las células muertas para favorecer la cicatrización, además de reducir la inflamación y el dolor.
El diestro salmantino, que ya fue autorizado para torear de salón, irá incrementando el tiempo de sus ejercicios. Será hoy o mañana, cuando el médico que le atiende determine cuándo le serán retirados los puntos de sutura.
Diego partirá plaza con un vendaje especial, que le dará confianza para apoyar el pie, además de que le dará mayor confianza en el muslo.
Aunque es un ser humano el que le da vida al traje de luces, los hombres que calzan este vestido de seda y oro, por alguna extraña razón, cobran una fuerza sobrenatural que les lleva a lograr gestas como las de Diego Silveti, quien aún con las carnes abiertas se quedó en el ruedo hidrocálido hasta el final de la función en la que se dio el lujo de regalar un astado. ‘Quiero dejar claro que no soy el primero, ni seré el único torero que se ha quedado en el ruedo aún herido. Creo que es la vocación, es el hecho de hacer lo que más te apasiona aún a costa de cualquier precio’, comparte Silveti del Bosque con gran sinceridad.
‘En mi caso, soy muy católico y creo que Dios me da la fortaleza para soportar esto. En esos momentos, ahí en el ruedo, piensas en la religión, en tu familia, en el hecho de que en el mundo hay personas que sufren dolores más fuertes que el tuyo y de ahí sacas la fortaleza para seguir adelante’, apunta el valiente torero que pone por todo lo alto el nombre dela prestigiada dinastía de los Silveti.