Valiente como el que más y con un gran ‘don de gente’, el diestro sanmiguelense Francisco Martínez lucha a brazo partido por abrirse paso en su profesión. A diferencia de otros toreros de la llamada ‘nueva generación’, que forman parte de las grandes casas de apoderamiento, el de Guanajuato ha decidido ‘transitar por la libre’ en su camino a la consolidación.
Desde que abrazó la profesión de torero se hizo apoderar por el matador de toros en retiro Alejandro del Olivar, con quien ha formado una sólida dupla que este año le llevó a presentarse en 18 tardes en la que logró un importante balance artístico con la obtención de 29 orejas y dos rabos. A pesar del importante número de triunfos éstos pudieron haber sido más ‘de no haber estado desatinado con la toledana’, reconoce el propio Francisco, quien ayer hizo el viaje desde el Bajío de nuestro país hasta esta Casa Editorial.
‘Primero que nada, quiero agradecer a la afición por estar al pendiente de mi carrera. También agradecerle a las empresas y ganaderías que han volteado a verme’, señala Martínez, quien está dedicado las 24 horas del día a su carrera como matador de toros.
A lo largo del año, el diestro afincado en San Miguel de Allende ha tenido oportunidad de hacer mucho campo. ‘He tenido oportunidad de tentar en las dehesas de El Garambullo, Los Cués, Joaquín Aguilar, Santillán y Palma del Río’, entre otras.
Al mismo tiempo que toca las puertas de las empresas, el guanajuatense se ha convertido en un gran promotor de la tauromaquia, por lo que es habitual verle en colegios u otros lugares en los que explica y muestra los entresijos del arte de lidiar reses bravas.
Pero no todo queda ahí. También ha demostrado que tiene un noble espíruto altruista y cada año lo demuestra. Ahora no será la exepción y el torero comenzó a adquirir, desde hace par de meses, gran cantidad de muñecos que obsequirá el 6 de enero con motivo del Día de los Reyes Magos.
En lo que respecta a su carrera profesional, asegura que este es el año que más ha toreado desde que tomó la alternativa hace cinco años. El guanajuatense, como el resto del mundo, vio afectada su profesión por la terrible pandemia. Pero una vez superado este trance amargo ha podido abrirse paso poco a poco.
‘En mi caso es más complicado verme anunciado, porque decidimos que nos iríamos por la libre y no pertenezco a las casas grandes de apoderamiento, que al mismo tiempo montan festejos taurinos’, señala.
‘Afortunadamente poco a poco se nos han ido abriendo las puertas y me he visto anunciado en escenarios de relevancia como la Plaza Revolución de Irapuato’, agrega.
Considera Martínez que parte fundamental de la promoción de la tauromaquia se debe de comenzar a fraguar desde la parte alta del escalafón. ‘Si yo ahora mismo fuera figura me gustaría torear en todas las plazas del país y con todos los toreros. Así le hacían antes nuestras principales figuras’.
‘Si un torero con etiqueta de figura torea en cualquier escenario y cualquier alternante se fomenta mucho la tauromaquia, porque es un trabajo integral en el que los promotores podrían echar mano de toreros que ocupan otra parte del escalafón, y que lo único que necesitan son oportunidades. Si Dios me concede la oportunidad de llegar eso es lo que haré’, sentencia con la convicción del que sabe que para llegar a la meta trazada hace falta mucha vocación y apasionada entrega… y él lo tiene.



