El diestro toledano Ignacio Olmos, torero de reciente cuño, está dispuesto a relanzar su carrera no sólo en el viejo continente, sino también de este lado del charco.
A pesar de que como todos los nuevos matadores de toros tiene pocas oportunidades, el español se abre paso y no pierde la oportunidad para ponerse delante de la cara del de negro. Recién tuvo oportunidad de hacer acto de presencia en las fiestas patronales en un pueblito de la Sierra de Gredos, donde aprovechó para ‘darse las tres’ ante la mirada atónita de propios y extraños.
‘Cuando no hay oportunidades hay que buscarlas. Afortunadamente hice el viaje y tuve suerte. Pegué unas cuantas tandas, pero me alimentaron el alma’, confiesa a través de la línea telefónica.
Tras una buena etapa novilleril, la tarde de su doctorado, en Tomelloso, en 2022, probó la miel y la hiel de la profesión, primero, triunfando en el toro de la ceremonia y, luego, en el otro, sufrir dos cornadas y un fuerte golpe en la cabeza. Reapareció a los 15 días, todavía sin sanar las heridas, en la ciudad de Mora, Toledo, donde radica.
Vinieron entonces momentos duros que mermaron la ilusión de Ignacio, además de atravesarse la pandemia, pero un día, sin pensarlo, surgió una oportunidad de echar la capa y ahí recapacitó, ‘pasaporté todos demonios y me di cuenta de que esta es mi vocación’,comparte.
En 2019 tuvo oportunidad de viajar a México. ‘Aunque no llegué a vestirme de luces, aquel invierno en México conocí gente del toro, hice campo y me preparé de cara a mi presentación en Madrid, que llegaría el domingo 28 de abril de 2019. De no ser por la espada, hubiera cortado una oreja en mi primer novillo que me pegó una cornada y otra oreja muy larga en mi segundo, al que salí después de ser operado en la enfermería. Estuve a punto de abrir la Puerta Grande y sorprendí gratamente. Ahí fue cuando detonó mi carrera como novillero’, recuerda.
‘A finales de ese 2019 regresé a México, concretamente a Querétaro, donde siempre ha sido mi cuartel general. Esta vez sí me presenté como novillero en el ciclo de novilladas del cortijo ‘El Salitre’ e hice mucho campo, pues estuve viviendo en la ganadería Santín, además, de otras ganaderías a la que me invitaban a tentar’, abunda el toledano.
‘Regresé a España en 2020 y llega la pandemia, tras la cual pude recibir la alternativa’, comparte.
A finales de 2022, ‘ya no siendo un niño y sabiendo lo difícil que me iba a resultar volver a torear con frecuencia y, para no ‘vivir del cuento’, porque, aunque en mi casa no falta techo ni comida, ni otras necesidades básicas, no vivimos holgadamente. Mi papá es albañil y mi mamá limpia casas, cuida mayores o cocina por encargo, por lo que empecé a trabajar como chofer en Uber, alternándolo con mi profesión’.
‘A la fecha sigo preparándome y entrenando y yendo al campo cuando los ganaderos amigos se acuerdan de uno. Desgraciadamente, hasta ahora, los empresarios siguen sin contar conmigo y los pocos que ofrecen toros, directamente te piden pagar por torear o te ofrecen hacerlo sin apenas dinero para cubrir los gastos, con los consiguientes problemas administrativos que eso puede traer aquí en España’.
‘Tal es la desesperación y el dolor que siento por no poder desarrollar mi profesión que, desde hace un ratito ando tocando puertas en México, porque es un país al que amo de corazón y lo hago con el deseo de poder sumar un puñado de corridas o festivales o encontrar alguien que me apoye y crea en mí como torero y aunque sea en plazas chicas, poder darle impulso a mi carrera, que es mi vida’, puntualiza.
, puede ser la manera de salir adelante tanto yo como mi familia y, sobre todo, porque es lo que me hace feliz y llena mi corazón y mi alma. Porque como dijo el maestro David Silveti: ‘Vivir sin torear, no es vivir’”.
Sin duda, ha sido una trayectoria sufrida y esforzada la que ha tenido que vivir Ignacio Olmos, de ahí que tenga el enorme deseo de poder estrenar su doctorado en cosos de nuestro país y esperamos que pronto tenga respuesta empresarial este buen torero toledano que desea mostrar su quehacer torero ante el público mexicano.