El percance que sufrió el domingo pasado Juan Luis Silis, mientras toreaba en Ciudad Juárez, pero justo como la cornada que sufrió en el cuello hace más de una década también estuvo a las puertas de la muerte.
Luego se tres días en terapia intensiva fue traslado a una habitación de piso.
El percance llegó cuando le hizo un quite al toro de Antonio García El Chihuahua. El de Iztacalco pegó una tafallera, pero no pudo ligar la segunda, porque el de Magdalena González lo envió para arriba.
‘En cuanto me prendió sentí mucho dolor. Pensé que llevaba la cornada. Me dolía mucho y en cuando caí el dolor se incrementó’, comparte Silis, y es que en el momento del impacto se le fracturaron dos costillas del lado derecho, que ‘me rompieron el hígado’.
Pero en ese momento y en una primera evaluación, al descartar la cornada pensaron que las dolencias de Silis se debían al golpe.
Fue en el hospital juarense en el que luego se estudios de fondo se determinó la gravedad de la lesión.
‘Me cosieron el hígado’, comenta el diestro que saldrá del hospital entre jueves y viernes.
‘Me quitaron litro y medio de sangre del riñón. Traigo una herida desde en bajo vientre al esternón. Según escucho podré entrenar en un mes, más menos’.
‘En el camino a la enfermería no podía respirar. Me espanté mucho por lo mismo, el dolor pasó a un segundo término en ese momento, me preocupó la falta de respiración’.
El drama que vive Silis lo desconoce su señora madre, a quién las hermanas del torero le comentan que le fue bien en el festejo.
En su carrera Silis ha sufrido ‘sólo’ una cornada. Fue en el cuello y le llegó a la cuenca del ojo. Ese día un sacerdote le dio la extremaunción.
Además tiene las huellas de fracturas en la clavícula y peroné.
En la enfermería de inicio se descartó que la lesión fuera grave, pero en el hospital el asombro fue general.
Silis vivirá para contarlo.