Rechaza empresario Simón Casas la idea de hacer «corridas sin sangre» en México

Simón Casas, empresario de la Plaza de Toros de Las Ventas en Madrid, rechazó este miércoles la propuesta de su socio, el diputado del oficialismo mexicano Pedro Haces, de realizar corridas “sin sangre”, como ha sugerido también la presidenta de México, Claudia Sheinbaum.

Casas es también socio de la plaza francesa Nimes y es socio mayoritario del Holding Simon Casas Apoderamiento S.L., empresa en la que también participa Haces, legislador del gobernante Movimiento Regeneración Nacional (Morena) que propuso reducir la sangre en las corridas de toros como peaje a su legalidad en México.

En entrevista el empresario francés expresó su deseo de desligarse de las declaraciones de Haces.

“Mi única preocupación es la legalidad de la tauromaquia en Mexico”, manifestó.

Agradeció, por ello, los esfuerzos de su socio en defensa de la fiesta brava en México a pesar de sus diferencias teóricas.

Casas es empresario de plazas de toros, apoderado de figuras como Alejandro Talavante, fue torero y es escritor, y muchos aficionados lo consideran un intelectual de la tauromaquia.

Su último libro ‘Pases y pases’ repasa sus memorias y recuerdos junto a personajes como el escritor peruano Mario Vargas Llosa o el torero español José Tomás, de quien fue apoderado en su época de mayor gloria.

Preguntado si comparte la idea de eliminar castigos, incluso la suerte de matar, Casas fue rotundo al no compartir la visión de su “amigo” Haces, pues “más sangre no supone mayor sufrimiento en la lidia”.

“La cuestión no es más sangre o menos, o más o menos muerte, huir de la muerte no es una solución, ni filosófica ni cultural, la tauromaquia no es espectáculo, es un ritual donde el protagonista es la muerte”, argumentó.

Para Casas, la presencia de la muerte no es algo negativo, pues los debates filosóficos desde el principio de la historia son mayoritariamente en torno a ella, por lo que las sociedades desarrollan rituales “para poder convivir con la muerte”.

Mientras la discusión cobra notoriedad en México, el 14 de noviembre pasado el Senado francés votó en sentido negativo a la propuesta de prohibir la educación taurina a los menores de 16 años.

En contra de la prohibición se posicionaron senadores de todo el espectro político, incluidos representantes comunistas.

Casas cree que el “modelo francés” puede ser «un ejemplo» para solucionar la polémica en México entre taurinos y detractores de la tauromaquia.

“Desde el año 1951 están prohibidas las corridas en mi país, pero se aprobó la excepción cultural en regiones de Francia con gran calado taurino. Considero que los políticos tienen que respetar el alma de los pueblos”, sostuvo.

La tauromaquia «no daña los conceptos filosóficos del humanismo ni la condición animal», insistió, al argumentar que el toro no es maltratado hasta llegar al ruedo, tiene genealogía, nombre y apellidos y finalmente va a “morir con un reconocimiento propio de humanos”.

La idea propuesta por Haces de reducir “sangre” en las corridas la secundó el coordinador del grupo parlamentario mayoritario en el Congreso, Ricardo Monreal, de Morena, quien resaltó la experiencia en otros países de “corridas sin muerte” del toro.

Es el caso de Quito, capital de Ecuador, que tras un referéndum tuvo de ofrecer espectáculos sin muerte desde 2011, lo que llevó al cierre del coso como recinto taurino en 2019, cuando la ciudad no renovó el contrato a la empresa gestora con el argumento del poco público que acudía ya bajo el formato de “corridas sin muerte”.