Emocionante y con aroma a ‘cloroformo’ resultó el festejo dominical incruento que se llevó a cabo en La Gloria, Texas, donde el norteño Cayetano Delgado y el capitalino Luigi Mercury protagonizaron un mano a mano, que generó alrededor de tres cuartos de entrada de aficionados que vieron la luz primera en la ‘tierra del tío Sam’. Al término de la función, ambos matadores de toros salieron a hombros.
Se lidiaron cuatro toros de Manolo Espinosa, quien envió ejemplares serios y bien presentados, que le dieron gran verdad a lo que realizaron los toreros anunciados.
Cayetano Delgado firmó en primera lugar un trasteo poderoso y clásico, que caló hondo en el ánimo de la afición.
Su esfuerzo se vio recompensado con la concesión de dos orejas simbólicas, pues se trató de un festejo incruento en el que la suerte de varas brilló por su ausencia.
El regiomontano se sublimó en su segundo, el mejor del encierro, y trazó una faena templada por ambos lados. Tanto por derechazos como por naturales, Cayetano dio un duro golpe de atención. La autoridad en turno le otorgó los máximos trofeos.
El capitalino Luigi Mercury, quien apenas en noviembre pasado tomó la alternativa, cumplió más que sobradamente con la papeleta.
El primero de su lote fue el más peligroso de los cuatro astados que saltaron al ruedo. Mercury no se arredró y le plantó pelea.
No fue fácil, pues en cada acometida el toro sabía lo que dejaba atrás. Durante su comparecencia en territorio gringo, Mercury contó con el apoyo del diestro Enrique Espinosa Pérez ‘El Cuate’, quien le dio oportunos consejos para evitar el percance.
Los aficionados reconocieron su labor y le otorgaron una oreja.
on el que cerró plaza, toro noble y bravo, el diestro capitalino mostró otra faceta de su toreo. Corrió la mano con arte por los dos lados. Tiene un sabor a torero antiguo. Cortó una oreja.