Toros, no; abortos, sí
Gustavo Mares
Luego de más de un año de una gestión gris al frente de la Ciudad de México, cuyo territorio está prácticamente dividido entre cárteles, y con el Sistema de Transporte Colectivo Metro en deficientes condiciones, la Jefa de Gobierno Clara Brugada se fue por el camino fácil de trastocar quinientos años de tradición. Dice pomposamente ‘por una Corrida de Toros sin Violencia’, cuando todos los que vivimos en la metrópoli más grande del mundo esperaríamos un ‘por una Ciudad sin Violencia’.
Desafortunadamente la clase política actualmente deja qué desear. Es una mala combinación mezclar poder e ignorancia.
La falta de conocimiento de Clara Brugada en el tema taurino quedó de manifiesto con sus argumentos sustentados en falacias.
Llama la atención que haya preferido enfocar todos sus esfuerzos en prohibir la muerte de aproximadamente 200 toros bravos a lo largo del año en la Plaza México, pero permita aproximadamente20 mil abortos en ese mismo periodo en la CDMX.
También es para pensar mal por qué contra la tauromaquia únicamente y no contra las peleas de gallos. La animalista Sofía Morín en entrevista con Adela Micha reveló que prefirieron no meterse con las peleas de gallos porque éstas pertenecen al crimen organizado. De ser así, ‘qué buen mensaje’.
La tremenda ignorancia de la Jefa de Gobierno, que por alguna razón decidió ceder a las presiones del Partido Verde (organismo rémora) aunque ella forma parte del partido en el poder, exhibe la urgente necesidad que tiene de voltear los reflectores a otro lado que no sean los problemas de la ciudad, pero también sirve para distraer la atención de problemas de mayor trascendencia nacional porque no hay que olvidar que ahora mismo nuestro país está en todos los noticieros internacionales por el tema del campo de exterminio del crimen organizado en Teuchitlán, Jalisco.
Pese a que la fiesta brava, por lo pronto capitalina, ‘está contra las cuerdas’, todavía la contienda no está perdida.
Aunque ya está aprobada la Iniciativa de Reforma a la Ley de Espectáculos Taurinos en la CDMX todavía no entra en vigor.
El proceso legislativo que se sigue es el siguiente: Iniciativa, discusión y aprobación, lo que ya pasó. Pero aún resta la sanción, la publicación en el Diario Oficial de la Ciudad de México y posteriormente la iniciación de la vigencia.
Preocupa que esta tendencia permeará en el resto de los estados. A Brugada le pasa de noche, que la tauromaquia en la Ciudad de México es apenas la ‘punta del iceberg’. El estado de Hidalgo así como el sureste mexicano es un bastión fundamental en el desarrollo taurino del país, incluso con festejos que ni siquiera reporta la prensa.
Aguascalientes y su Feria de San Marcos sin toros se antoja difícil que pueda sobrevivir.
Renglón aparte merece el estado de Tlaxcala, el más pequeño territorialmente pero en el que más ganaderías de bravo hay.
Si esta prohibición velada cristaliza vendrá otro golpe, pero ahora a nivel federal pues toda actividad, trabajo, tradición, religión o profesión que involucre animales será afectado por la nueva ley de Protección y Bienestar Animal.
También, así de un día para otro, terminaría la actividad de compra-venta de ganado en la capital, pues los criadores de bravo solamente ‘venderían la bravura’.
Entre tantos otros puntos que desconoce Brugada es que los toros que saltan al ruedo y no son picados son susceptibles a morir de un infarto ahí mismo en la arena. Otros tantos lo harán de regreso al campo bravo.
A esta historia todavía le quedan muchos capítulos por escribir.
Para finalizar, la pregunta de la semana: ¿Los gallos no porque esos le gustan a sus patrones?