Saltillo, Coahuila.- “Los ecos de aquellos oles permanecerán solo en el recuerdo”, mencionó el historiador Ariel Gutiérrez Cabello ante la demolición de la Plaza de Toros ‘Armillita’, que comenzó la semana pasada en esta capital.
Gutiérrez Cabello, quien además de llevar un registro de todas las corridas y novilladas realizadas en el recinto adquirió el palco 8 y fungió como cambiador de suertes, narró los orígenes del proyecto taurino en Saltillo.
Explicó que la plaza originalmente iba a construirse en el cruce del bulevar Jesús Valdés Sánchez y Periférico Luis Echeverría tras la muerte de Fermín Espinosa ‘Armillita’. “Según los españoles, fue el mejor torero de todos los tiempos. Vino de visita a Saltillo y lo trataron muy bien, le hicieron una verbena y le hicieron un reconocimiento en vida muy merecido por toda su trayectoria y a los dos años muere de cáncer de próstata”, relató.
En aquel tiempo, el gobernador Flores Tapia pidió traer sus restos a Saltillo, pero la construcción ya había iniciado en lo que hoy es la colonia Jardines del Valle. “La familia del maestro Armillita por alguna razón no quiso que se viniera los restos de Maelso Armillita, entonces pues ahí como que se perdió un poco el interés de la familia de que regresara Saltillo. La plaza de toros se canceló y durante muchos años, Saltillo no tuvo una plaza de toros digamos digna o propia”, detalló.
El panorama cambió en 1991 cuando un grupo de aficionados, entre ellos Juan Pablo Rodríguez y el ingeniero Valdemar Saucedo, adquirieron una plaza de Reynosa y le agregaron gajos para alcanzar un aforo de 5 mil personas. El gobierno de Coahuila cedió el terreno en comodato y el coso se inauguró el 8 de agosto de 1992, recibiendo eventos taurinos hasta la prohibición de las corridas en 2015.El pasado 15 de octubre, el gobernador Manolo Jiménez Salinas anunció la construcción de Expo Coahuila, un nuevo Centro de Convenciones con forum multifuncional, lo que implicará la demolición total de la plaza.
Gutiérrez recordó uno de los momentos más memorables, cerca de 2014, cuando se presentó Pablo Hermoso de Mendoza. “Era una corrida nocturna, se fue la luz en una faena muy emotiva, de mucha conexión con el público y Pablo Hermoso al verse totalmente oscuras, la mayor parte de la gente prende sus celulares y alumbran al rejoneador y al toro. Gracias a eso pudo terminar la faena que terminó en un triunfo. Fue muy emotivo aquello. Recuerdo yo que multamos a la empresa justamente con 40 mil pesos porque se corría un riesgo por una cuestión de seguridad del toreo y el mismo (Armando) Guadiana que era el empresario, nos felicitó por haberlo multado”, dijo.
Además de Hermoso de Mendoza, quien visitó el coso cerca de siete veces, se presentaron figuras como Enrique Ponce, Andy Cartagena y El Juli. Tras la prohibición taurina, el recinto albergó rodeos, bailes, conciertos y exhibiciones de caballos lusitanos.En días recientes, aficionados intentaron ingresar para tomar fotografías y rescatar el busto de Espinosa, esculpido por Humberto Peraza y Ojeda. “Lo único rescatable para mí eran los murales. Difícilmente se puede hacer algo, pero el busto era lo que nos preocupaba y al parecer se va a quedar ahí. Un buen lugar sería ponerlo en un lugar propio como el Museo (de la Cultura Taurina)”, expresó Gutiérrez.
“Al cerrarse este capítulo pues también se pierde la esperanza que vuelvan las corridas de toros a este estado, a menos que haya una reforma integral o de fondo en las corridas de toros y puedan regresar algún día ya de otra manera, hablando que las corridas pueden regresar incruentas, es decir, que no se mate al toro en público, básicamente”, concluyó.



