IRAPUATO: Adame, a hombros; Silveti, oreja que pudieron ser más

Foto EMILIO MÉNDEZ

Gran tarde se vivió este domingo en la Plaza Revolución de Irapuato donde se celebraron los dos siglos de Guanajuato como un estado libre y soberano. En este marco se lidiaron toros de Pozo Hondo, bien presentados y buenos en términos generales.

La plaza guanajuatense registró más de tres cuartos de entrada en sombra y un tercio en el apartado de sol.

La ganadería de Pozohondo envió un encierro precioso de seis toros bajos y bien hechos. Toda la corrida se prestó para el lucimiento. Aportó mucha clase y fijeza. Destacaron dos de los seis bureles, los jugados en cuarto y segundo lugares, éste último fue premiado con el arrastre lento.

Abrió plaza el diestro queretano Octavio García ‘el Payo’, un torero hoy día  convertido en esencia pura de aroma especial. Se juntaron las dos clases; la de los pozohondos y la del rubio torero del Bajío, que cuajó dos faenas muy a su estilo. El queretano se gustó en serio y la gente lo entendió al tiempo que lo disfrutó. Desafortunadamente falló con la espada y todo quedó en palmas y vuelta al ruedo.

El torero de dinastía Diego Silveti, quien el sábado salió a hombros en San Miguel de Allende, cortó una oreja que pudieron ser más de no haber errado con la toledana.

El guanajuatense se presentó ante sus paisanos para demostrar que ahí sí es ‘profeta’. Su gente lo disfrutó con apasionada entrega, toda vez que Diego firmó una actuación muy importante. Muy centrado, templado y con gran gusto. 

Fueron faenas completas de capote y muleta, que no tuvieron el remate con la espada. A su primero le cortó una oreja, después de un golpe descabello. A su segundo le intentó matar recibiendo, sin colaboración del toro. Lo pinchó en tres ocasiones y escuchó un aviso. El torero de la importante dinastía mexicana rozó la puerta grande.

Quien se ‘llevó el gato al agua’ fue el  hidrocálido Luis David Adame, quien está convertido en voluntad y deseos puros de triunfo. Compuso dos faenas muy completas de capote y muleta. Al sexto, inclusive le colocó banderillas.

Estuvo  certero con los aceros, lo que le valió para cortarle  una oreja a su primero y otra al que cerró plaza. Al término de la función, el hermano de los diestros Joselito y  Alejandro  Adame salió a hombros.