El diestro Alberto Ortega salió del hospital, luego de la grave cornada en el cuello, que sufrió hace poco más de dos semanas, mientras actuaba en Tlaxcala. Sin embargo, todavía no recibe el alta médica.
El calvario del tlaxcalteca continúa porque será sometido a una cuarta intervención quirúrgica para reconstruir los destrozos que el toro le provocó en el rostro.
Pasadas las dos de la tarde, el torero salió del Hospital Puebla en compañía de sus padres, y su primo, Othón Ortega hijo.
El cuerpo médico que le atiende ha sido cauto en el tema de las secuelas que este percance pudiera dejarle al joven torero. Lo fundamental es que ‘vivirá para contarlo’.
Personal médico cercano al caso teme que una de las secuelas pudiera ser un vértigo constante, que le dificultaría para torear, pero no quieren adelantar juicios.




