POR EL VIEJO GRUÑÓN
En el corazón de Tlaxcala, el Pueblo Mágico de Huamantla se transforma cada agosto en un lienzo vivo de color, devoción y cultura. La Feria de Huamantla, que en 2025 celebra su edición 151, es mucho más que una festividad: es un legado de más de un siglo y medio que une a generaciones, reafirma la identidad tlaxcalteca y posiciona a este rincón de México como un referente cultural a nivel nacional e internacional.
Desde su inicio el 31 de julio hasta su clausura el 31 de agosto, la feria despliega más de 240 eventos que combinan tradiciones religiosas, artísticas, taurinas y gastronómicas. Su epicentro es la devoción a la Virgen de la Caridad, cuya veneración se remonta al siglo XVII y que, según la tradición, ha sido fuente de milagros que han forjado la fe de los huamantlecos. Este fervor se materializa en la emblemática “Noche que Nadie Duerme”, el 14 de agosto, cuando las calles del centro histórico se cubren con más de siete kilómetros de tapetes de aserrín y flores. Estas obras de arte efímero, que pueden costar hasta 50 mil pesos por su elaboración, son un testimonio de la creatividad y el compromiso comunitario, reconocidas en 2022 con un Récord Guinness por el tapete de aserrín más largo del mundo.
La Huamantlada, celebrada el 23 de agosto, es otro pilar de la feria. Inspirada en los Sanfermines de Pamplona, esta carrera de toros por las calles de Huamantla atrae a miles de valientes y espectadores, consolidándose como la capea más grande del mundo.
En 2025, el evento contará con toros de Zacatepec lidiados por matadores como Uriel Moreno “El Zapata”, Juan Pablo Sánchez y Román, según el programa taurino.
La Huamantlada no solo es un espectáculo de adrenalina, sino una expresión de la arraigada tradición taurina de Tlaxcala, cuna de algunos de los toros más bravos de México.
La riqueza cultural de la feria se extiende a su gastronomía, con platillos como el muégano huamantleco, mixiotes y barbacoa, y a su música, con una cartelera que en 2025 incluye a artistas como Banda MS, Yuri, Los Tucanes de Tijuana y Siddhartha. Eventos como el Desfile de la Dalia, la Carrera de Carcachas y la Callejoneada llenan de vida las calles, mientras que danzas tradicionales como Ketzalines y Matlachines reflejan el legado otomí que pervive en la región.
La importancia de la Feria de Huamantla trasciende lo local. Desde su designación como Pueblo Mágico en 2007, Huamantla ha fortalecido su perfil turístico bajo el liderazgo de autoridades como el alcalde Salvador Santos Cedillo, quien ha promovido hermanamientos con municipios como Salvatierra, Guanajuato, y hasta con Bad Köstritz, Alemania.
Además, la postulación de los tapetes de aserrín para ser reconocidos como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO subraya su relevancia global.
Sin embargo, la feria no está exenta de retos. La creciente afluencia de visitantes exige una infraestructura turística robusta, y la seguridad durante eventos como la Huamantlada, donde se reportan lesiones cada año, sigue siendo una preocupación.
A pesar de ello, la feria ha sabido adaptarse, modernizando la venta de boletos y promoviendo la capacitación de prestadores de servicios turísticos para garantizar una experiencia de calidad.
La Feria de Huamantla es un testimonio vivo de la capacidad de México para preservar sus tradiciones mientras abraza la modernidad. Es un espacio donde la fe, el arte y la valentía se entrelazan, recordándonos que la cultura no solo se hereda, sino que se construye con cada tapete, cada corrida y cada nota musical. En un país donde las tradiciones a veces luchan por sobrevivir, Huamantla nos enseña que la pasión y el compromiso comunitario pueden mantener viva una fiesta que, año tras año, sigue siendo un orgullo nacional.



