Luigi Mercury: Un año de sueños cumplidos y dos citas en puerta

En el corazón de Luigi Mercury late con fuerza la tauromaquia. El matador capitalino que apenas hace un año vio coronado un anhelo forjado en tardes de sol y sombra: tomar la alternativa como matador de toros, hará doblete este fin de semana.

“Logré cumplir un sueño personal que acaricié durante muchos años”, confiesa con voz serena pero cargada de emoción el diestro, que este mes celebra su primer aniversario en el escalafón superior con dos compromisos que prometen escribir nuevas páginas en su palmarés.

Este viernes actuará en Tlaxcala, la cuna de la bravura en nuestro país.

La Plaza Jorge “Ranchero” Aguilar de Tlaxcala, ese coso que respira historia y pasión, abrirá sus puertas el viernes a las 18:00 horas para recibir a Mercury en un cartel que reúne talento y coraje. Compartirá ruedo con el experimentado Luis Conrado, los novilleros Christopher Morales y Pedro Núñez “Chavalillo”, y una tercia de aficionados prácticos dispuestos a jugarse la vida por el arte, con astados de diversas ganaderías.

“Tlaxcala siempre es un compromiso especial. Aquí la afición exige y entrega por igual”, comparte Mercury en entrevista exclusiva con Toros y Faenas.

Para el sábado 25 tomará parte en el regreso de ‘Chilolo’. El Cortijo San Judas Tadeo en San Pedro Xalostoc, Estado de México, será testigo de un evento emotivo: la reaparición por única ocasión del veterano Guillermo González “Chilolo”, quien alternará con Mercury, Ricardo Adrián y Valente Alanís. Bureles de diversas ganaderías completarán un encierro que, según los expertos “pondrá a prueba la madurez y el temple de los espadas”.

“Compartir cartel con ‘Chilolo’ es un honor. Su regreso es un regalo para la fiesta”, declara Mercury, visiblemente emocionado.

Por último, el también empresario de espectáculos compartió que: “Este año ha sido un sueño hecho realidad, pero también un recordatorio de que la tauromaquia exige entrega total. A la afición de Tlaxcala y Ecatepec: los espero con el corazón en la mano”.

Dos tardes, dos plazas, un mismo latido: el de un torero que no deja de soñar y de vivir al máximo.