Columna ALTERNATIVA: Imperio Inca

Imperio inca

Gustavo Mares

 

El calendario taurino de nuestro país paulatinamente ha ido cambiando. Antaño, por estas fechas, había gran actividad en el norte. En fechas como el 4 de julio, importante en los Estados Unidos, había gran oferta de carteles en la frontera, donde acudían gustosos los ‘güeritos’ a celebrar y gastar sus dólares al tiempo que las señoras se tomaban la anhelada fotografía con el ‘bullfighter’, prototipo del latin lover.

Con el paso del tiempo y por varios factores, aquella bonanza taurina se evaporó. En la época actual, junio y julio son utilizados por los toreros como ‘corte de caja’ a mitad de la temporada, para reanudar en agosto.

Algo está pasando en la tauromaquia mexicana que cada día son menos las empresas que se animan a dar toros; algunos ganaderos han tenido que vender a precio de carne imponentes toros de lidia porque simplemente no se salen de otra manera.

En contra parte, estos meses Perú es una especie de ‘oasis’ para muchos coletudos aztecas que poca actividad tienen. En este país se refugian toreros de diversos sitos del escalafón y es que la tauromaquia inca está muy bien organizada.

Toreros que vuelven de Perú quedan maravillados por la organización que existe, pues a pesar de que sus escenarios no tienen grandes aforos han encontrado la manera de dar festejos con seriedad e incluso con ganado español.

La organización peruana es similar a la que tiene el futbol en el que hay varios circuitos o divisiones. En Perú hay circuitos en los que se torean bureles de media casta en los que participan choneros que recorren la legua. Pero también hay circuitos para toreros de la parte baja, media y alta del escalafón de matadores de toros.

Por estas fechas en Perú se torea mucho y todos los días. Los organizadores, en los circuitos de postín, se dan el lujo de importar toros de lidia españoles por los que llegan a pagar sumas muy altas.

El tema de las comunicaciones y las carreteras es aparte.  Mientras que su fiesta brava la tienen bien protegida y sobre todo impecablemente organizada, sus carreteras y medios de comunicación dejan mucho qué desear, aunque claro hay sus honrosas excepciones.

Caminos que en México tardaríamos en recorrer una hora, allá pueden prolongarse hasta cuatro. Los servicios de internet y telefonía en muchas de las poblaciones en las que se celebran festejos taurinos es deficiente.

Generalmente, lo que se suele lidiar por allá es serio y puntal. Los toreros ganan dinero, pero también se la juegan. Lo mejor de todo es que la mayoría tiene oportunidad de torear.

Hace apenas algunos días llegaban noticias de aquel país andino en torno al clamoroso triunfo del tlaxcalteca Uriel Moreno ‘El Zapata’. También no hace mucho torearon con éxito el guanajuatense Israel Téllez, apoderado por el gran David Medina García, y el capitalino Salvador López, quien goza de extraordinario cartel ante la afición inca.

Ahora mismo, en estos meses en la medianía del año, el ‘imperio inca taurino’ cobra fuerza inusitada en tanto que en nuestro país son contados los empresarios que le ‘entran al toro’ para hacer fiesta brava, que de momento parece dormir.

Afortunadamente, en agosto la maquinaria ‘se enciende’ y se retoma la actividad taurina en diversos frentes.

Para finalizar, la pregunta de la semana: ¿Qué columnista taurino, como invitado especial, ‘incendiará’ el programa de radio De Todo Menos de Futbol en el 1530 de am, el domingo por la mañana?