‘Me dolía más la espalda que la pierna. De hecho, cuando llegué al burladero me tocaba la espalda, donde tengo varios rayones muy fuertes. En ese momento escuché los gritos del público que aún quedaba en la Plaza Arroyo y fue cuando voltee para abajo y me vi la pierna llena de sangre’, recuerda desde la cama del hospital el novillero potosino José Sainz, quien sufrió una dura cornada de safena y femoral mientras lidiaba un astado que había sido regresado a los corrales.
‘En la arena, cuando me ayudaron a incorporarme, recuerdo a Luis Farfán que me puso un torniquete y otros toreros. La verdad es que ahora mismo no recuerdo más de esos momentos, sino hasta que estaba en la enfermería y posteriormente en la ambulancia’, agregó el potosino para quien la grave cornada que sufrió ayer significó su ‘bautizo de sangre’.
‘En la enfermería, cuando escuché las palabras femoral y safena me espanté. De momento te da miedo y piensas muchas cosas, pero también se afianza y crece tu vocación de torero. Durante mi paso como novillero los astados me han dado muchas satisfacciones y bueno, también dan cornadas. Mi mayor preocupación era no poder actuar la próxima semana en Monterrey. Ni modo, tendré que esperar, pero ya quiero volver a enfundarme en un traje de luces. Soy torero y esta cornada me hizo ratificar, aún más, mi vocación’, asegura categórico el chaval potosino, que cuenta 17años de edad.
De no existir complicaciones, podría salir del hospital el miércoles para continuar rehabilitándose en el calor de su hogar.
