* Foto de Angel Sainos
El diestro español Antonio Ferrera destapó el frasco de las esencias en la Plaza México, donde cuajó al segundo de su lote una faena de altos vuelos, repleta de emoción, sentimiento y transmisión, que le valió para cortar dos orejas y salir a hombros.
La corrida había transcurrido de forma baladí por el juego de los toros de Villa Carmela que, aunque bien presentados, fueron sosos y con nula transmisión.
Ferrera se plantó en un palmo de terreno y domeñó al morito para eslabonar tandas muy emocionantes por ambos lados.
Rubricó la gran faena con un espadazo hasta el pomo, que le redituó en el corte de las dos orejas y la consabida salida a hombros.
El coso registró un tercio de entrada. Los toros de Villa Carmela dejaron mucho qué desear. Antonio Ferrera, silencio y dos orejas; Arturo Macías, quien reapareció con un aparato ortopédico en la pierna derecha tras grave cornada sufrida en septiembre en Madrid, palmas tras aviso y palmas tras dos avisos; silencio tras aviso y oreja.