El sobresaliente rejoneador potosino Rodrigo Santos cumplió el reciente viernes 18 de marzo 26 años de haber recibido el doctorado en la Monumental Plaza México de manos de su coterráneo Jorge Hernández Andrés y ante el testimonio de Gerardo Trueba y José María Fuentes, con ejemplares de la dehesa de Juan Antonio González y tras haber cumplido para tal ocasión con poco más de 40 festejos.
Rodrigo Santos Alonso Quintanilla fue el cuarto de cinco hermanos, siendo ellos Francisco José, Consuelo y Mauricio, todos mayores que él, así como Alejandra, la menor. Nació en Ciudad Valles, San Luis Potosí, el 9 febrero de 1966. Durante la adolescencia perteneció al equipo de salto del Club Hípico Potosino, con el cual participó al igual que su padre, don José Santos y sus hermanos en innumerables concursos estatales y nacionales.
Durante 1988 viajó a Portugal para aprender de los maestros lusitanos la técnica y el procedimiento del adiestramiento de los caballos para torear, además de los secretos de la lidia. A su regreso a México concluyó sus estudios en agronomía para de inmediato a lo que más lo apasiona, el toreo a la jineta.
Sin duda, Rodrigo Santos es el rejoneador más importante de la baraja mexicana actual y ello lo respalda una intensa y brillante trayectoria con más de 900 corridas cumplidas. El jinete torero ha realizado tres campañas en Europa, en los años 1992- 1993 y 1998, llegando a sumar más de 80 corridas en plazas de España, Francia y Portugal.
Ha llegado a actuar además en Estados Unidos y Sudamérica en alrededor de 20 festejos, debutando en Colombia, en el coso de Ibagué, el 20 de junio de 2004. En la temporada de 1994 sumó 60 corridas. Durante la reinauguración del Toreo de Cuatro Caminos toreó tres corridas teniendo como resultado el corte de nueve orejas y un rabo dentro de la famosa Caravana de Arte del Rejoneo.
Por ello es que Rodrigo Santos se ha mantenido como el primer rejoneador figura de México y el que más ha toreado en el extranjero. E se creador inclusive de suertes como “La Santina”.
El 18 de septiembre de 1998, en el emblemático coso de Campo Pequeño, en Lisboa, Portugal, confirmó la alternativa de manos de Francisco Nuncio, nieto del “Califa de Alcacer” Joao Branco Nuncio, con toros del doctor Brito Paes.
De esta manera, su gran afición a los caballos, a los que entendió y amó desde su niñez, Rodrigo la destinó inexorablemente a la práctica del toreo a caballo, actividad a la que ha dedicado toda su vida.
