Gran esfuerzo de Castella en Vitoria

Vitoria, 5 de agosto. Un tercio de entrada. Toros de Albarreal, bien presentados.

SEBASTIÁN CASTELLA, fuerte ovación tras petición y ovación.

Iván Fandiño, ovación y oreja.

Alejandro Talavante, silencio y silencio.

Sin cortar orejas, lo cierto es que la actuación de Sebastián Castella tuvo mucho contenido en la primera de las corridas de la feria de Vitoria, donde sorteó dos toros completamente diferentes. El primero de ellos tuvo nobleza y mucha clase por ambos pitones, pero sin demasiada fortaleza, lo que exigió a Castella mucho temple y pulso para conducir las embestidas. De salida manejó el capote con templanza, meciendo muy despacio los lances y embarcando con gusto las embestidas del toro. También ejecutó un quite muy ajustado y templado por chicuelinas, antes de comenzar su faena de muleta. Castella lo toreó por ambos pitones con la misma limpieza y temple con el que manejó el capote, imprimiendo ritmo y belleza a sus muletazos. Faena de oreja, y así fue pedida por el público, pero tras la estocada algo trasera la presidencia se negó a conceder el trofeo. En reconocimiento la afición obligó a saludar una fuerte ovación al diestro francés.

El que se lidió como cuarto fue reservón y desparramó mucho la vista, embistiendo sin entrega y sin ninguna clase. Castella se asentó en la cara con firmeza y gran disposición, robando muletazos a un toro que le ayudó muy poco. La seriedad de su faena llegó al público, que nuevamente le sacó a saludar otra fuerte ovación.