En la reciente LXXX Asamblea General Anual de la Confederación Nacional de Organizaciones Ganaderas (CNOG), como ya se ha hecho saber, le fue otorgada al propietario de la dehesa de Golondrinas, don Óscar Domínguez Escobar, la Medalla Presidencial al Mérito Ganadero de manos del Presidente de México, Enrique Peña Nieto, en la ciudad de Tijuana, Baja California y ahora a su regreso al rancho Chichimeco, donde se halla su ganado bravo, en el municipio neoleonés de Lampazos de Naranjo, al respecto el propio criador de reses bravas comentó:
“Estoy muy agradecido con quienes a través de su voto influyeron para que recayera esta medalla en mi persona. Fue muy emotivo el acto en el que me entregaron la medalla ya que el presidente Enrique Peña Nieto fue muy atento conmigo. Aún sigo emocionado por lo inesperado que fue recibir este reconocimiento”.
De la misma manera don Óscar, quien asistió a la entrega de la honorable presea presidencial acompañado de su señora esposa, doña Corina Holguín de Domínguez, reconoció que la medalla lo ha hecho sentir renovado: “Venimos de una sequía muy severa de varios años, con todo lo que implica esa problemática. Tengo cuatro hijos y estoy buscando, digamos, una jubilación. Uno de mis hijos, Óscar Domínguez Holguín es quien se está adentrando más en la ganadería”.
Sobre la ganadería, don Óscar recordó que se presentó con una novillada en la Monumental Plaza México en 1977, pero que sólo ha lidiado un toro en dicho coso y que de lidiarlo se encargó el rejoneador Rodrigo Santos. Todavía le falta entonces debutar en la gran plaza del país con un encierro completo.
Entre sus triunfos recientes, destaca el indulto de uno de sus toros por parte de Joselito Adame en la plaza de Cadereyta Jiménez, Nuevo León y donde volverá a lidiar próximamente.
Golondrinas es una ganadería con 146 años en manos de la misma familia, es decir, casi siglo y medio de dedicación a la crianza de toros de lidia, por ello, es fundamental conocer su historia.
Esta dehesa la fundó en 1870 don Pascual Lecea procedente del país vasco. Se ubica en el municipio de Lampazos de Naranjo, en el estado de Nuevo León, en una extensión más de 6 mil hectáreas en la que cuenta con aproximadamente 200 vientres.
A su muerte, heredó la hacienda a su hija doña Blasa Lecea, quien vio por ella de 1900 a 1925. De esa época existe un cartel de Bustamante, Nuevo León, correspondiente a 1906 en que se lidiaron toros de Golondrinas.
La ganadería sobrevivió a la Revolución Mexicana y más adelante los hijos de Blasa Lacea se hicieron cargo de la ganadería, don Jacobo y don José María Domínguez Lecea, quienes dieron un nuevo impulso a esta casa ganadera.
En 1931 incluyeron ocho sementales de la ganadería de Malpaso. En 1937 adquirieron un lote de vacas de Jalpa con el semental “Rumboso”, número 182, de la misma procedencia, que había sido indultado por Alfonso Ramírez “El Calesero”. Luego, en 1942 agregaron 50 vacas de las cuales 40 fueron de Pastejé y diez de San Diego de los Padres, así como dos sementales, uno de Pastejé, “Algareño” y, otro, de Piedras Negras, “Tabaquero”. Y en 1948 sumaron un semental de Zacatepec.
Para 1957 agregaron dos sementales de Cuaxamaluca que habían sido indultados la misma tarde, “Andaluz” por Humberto Moro y “Aventurero” por Jaime bravo. En 1960 se trajeron 30 vacas y 2 sementales de Jesús Cabrera, “Golondrino” y “Chilero”.
Es entonces que a partir de 1972, a la muerte de don Jacobo, esta casa ganadera se convierte en propiedad de don Óscar Domínguez Escobar, quien en 1976 incorporó como semental al toro “Caminero” de Valparaíso y que le ligara de forma extraordinaria. Ese ejemplar fue indultado por Mariano Ramos en la Monumental de Monterrey y padreó cinco años.
Se presentó en la Monumental Plaza México el domingo 7 de agosto de 1977 con seis novillos para Mario Escobedo “El Regio”, Rafael Sandoval y José Antonio González “Chilolín”.
Para 1978 introdujo dos sementales de Tequisquiapan, “Sardinero” y “Aventurero”. En 1982 agregó tres sementales de San Mateo uno de ellos “Gorra Prieta”, que había sido indultado por Jorge Gutiérrez en el “Nuevo Progreso” de Guadalajara, Jalisco, además de “Soñador” y “Tapatío”.
Cabe aclarar que por cada toro comprado le prestaron uno por un año, fueron el 3, el 5 y el 70, agregando en 1992 el toro número 106 de San Mateo y en 1994, un semental llamado “Capricho” de Reyes Huerta que indultara Eloy Cavazos en “El Relicario” de la ciudad de Puebla. Y otro de los sementales importantes para la crianza de Golondrinas es el número 29 de Fernando de la Mora que entró a padrear a partir de 2006. Sin duda, todos ellos han dado grandes satisfacciones a la ganadería de la divisa en naranja, rojo y gris acero.