Triunfal tarde de rejones en Pamplona

 

PAMPLONA.- FECHA. 6 de julio de 2016. ENTRADA: Lleno.

RESEÑA: Pablo Hermoso de Mendoza (dos orejas y dos orejas); Leonardo Hernández (dos orejas y silencio); y Roberto Armendáriz (silencio y silencio).

GANADERIA: Toros de El Capea (1, 2, 3, 4 y 6) y San Pelayo (5).

CABALLOS UTILIZADOS:

Primer toro de la Ganadería de El Capea, número 30, 592 kg, de nombre Platillo: De salida NAPOLEON (1 rejón de castigo); en banderillas BERLIN (2 banderillas) y BELUGA (2 banderillas); y para el último tercio PIRATA (tres cortas y un rejón de muerte).

Segundo toro de la Ganadería de El Capea, número 43, 597 Kg, de nombre Presumido: De salida AGORA (1 rejón de castigo); en banderillas DISPARATE (2 banderillas) y DONATELLI (2 banderillas); y para el último tercio PIRATA (dos cortas, un par a dos manos y un rejón de muerte).

OTROS CABALLOS DESPLAZADOS: DALI, ZELADOR y ALAZAN.

COMENTARIO: Después de dos años sin saborear la dulzura de la Puerta del Encierro, en este presentación número veintinueve de Hermoso de Mendoza en la plaza de toros de la capital de su tierra, dejó hechos pronto los deberes, asegurándose el triunfo en su primer astado y rematando de forma espectacular en el cuarto. Un triunfo rotundo de cuatro orejas y en la que debía haber obtenido el rabo en el toro de la merienda. La premura con que la presidencia sacó el pañuelo concediendo al toro la vuelta al ruedo, equivocó al respetable que pensaron que el rabo estaba concedido y cedieron en su petición.

La labor había sido perfecta, precisa, para paladares caros y sobre todo que no estuvieran ocupados con la merienda. Suavidad y cadencia en la forma de parar montando a AGORA, parando los trancos del buen toro con suma templanza y sobre. Como un cuajado veterano, AGORA marcó de frente, desde la distancia llegando a reunirse de frente y clavando al estribo un gran rejón de castigo. Buenos presagios para la salida de un DISPARATE que mostró su estado de gracia y disfrutó de las bondades del gran toro de Capea. Poco a poco entre caballo, jinete y toro fueron haciendo que el público se olvidara algo de la merienda y se metieran en una faena que posiblemente ha sido de las mejores de Pablo en Pamplona. Mucha hermosina, porque el toro la permitía y la lucía, templanza en los galopes de costado y valor y verdad en las reuniones. Se hizo corto el bregar del caballo, pero había que dar entrada a DONATELLI para que cambiando de registro y de forma de lidiar, diese otra vuelta de tuerca al repertorio ahora ajustando piruetas y poniendo esta emoción que da este equino con su forma de acometer la embestidas del toro. Gran remate de banderillas que siguen su lucha contra el bocata y la van ganando poco a poco hasta la victoria final, conseguida por un enorme PIRATA. Las cortas solo fueron dos, pero que dos, ajustadas, emotivas, dando la ventaja al toro y magnificando un tercio tan maltratado. El tercio de banderillas continuaba y lo hacía con toda su verdad, continuando con un par a dos manos que acabó finalmente con el bocadillo cuando el caballo se preparó para la suerte, fue girando sobre si mismo muy despacio y reunió en el mismo estribo un par para enmarcar y rematado con varios desplantes sobre el testuz, poniendo Pablo su frente encima de la del toro. Para la suerte final, Pablo se armó de templanza y de tranquilidad y dejó que el toro viniese hasta el mismo caballo, que como siempre colaboró al máximo y facilitó al navarro la ejecución perfecta para un toro de vuelta al ruedo. Ya nadie se acordaba del bocata y la plaza era un clamor hasta que apareció el pañuelo azul que equivocó al respetable y dejó la faena en dos orejas, con vuelta al ruedo para el toro y para el mayoral, Agustín Martín, que acompaño a Pablo sobre el albero.

El primero había sido un toro muy noble de El Capea que brindó a su amigo, el empresario mexicano Olegario Vazquez Raña y con el que el navarro pudo tejer una faena basada sobre todo en la despaciosidad y el temple. A pesar que el toro salió manseando, lo fue muleteando con la cola de NAPOLEON y tratando de sujetarlo para que no se fuera a la querencia de tablas. Lo consiguió y lució con recortes con la grupa del tordo antes de colocar un rejón de castigo y continuar disfrutando de la buena galopada que el toro tenía. Dejó NAPOLEON muy templado al buen Platillo y con esa materia primar, BERLIN pudo dar lo mejor de ese toreo suave, sencillo, sin movimientos bruscos en el que todo parece fácil. La gente disfrutó de lo lindo con las evoluciones de BERLIN que desplegó un largo repertorio empezando por el galope de costado, dando una vuelta al ruedo completa. Intercaló una banderilla marcando los tiempos y clavando al estribo para continuar con hermosinas por los tendidos de sol. Otra nueva banderilla atacando los terrenos del toro y nuevo galope de costado, ahora rematado con dos trincherazos por los adentros, el segundo de ellos con muchísima justeza y precisión. Ovación del respetable para el caballo a su despedida del ruedo y relevado por BELUGA para cambiar el registro, ahora por un toreo más circular, dando el pecho en redondo y enroscándose con el astado. Tubo algunos problemas BELUGA con la suelta arena del coso y en la primera banderilla resbaló y quedó a merced del astado, afortunadamente sin consecuencias. Se rehízo y dejó una segunda banderilla en lo alto, haciendo un perfecto escorzo en la cara. Cerró con el clásico PIRATA, también muy despacio, muy curtido y llegando al mismo lomo del toro en una rueda de tres banderillas cortas, donde el caballo se arrimaba todo lo posible….y hasta lo imposible diríamos en algunos momentos. Como cuando atacó con el rejón de muerte donde entre toro y caballo no había espacio aparente y donde el navarro enterró un rejonazo en lo alto de colocación y efectos perfectos que hicieron doblar al toro de forma instantánea y espectacular para convertir el coso pamplonés en una inmensa alfombra de pañuelos pidiendo el doble trofeo, concedido por la presidencia y que hacían la cantidad de cincuenta orejas obtenidas por Hermoso de Mendoza en esta “su plaza”.

Cuatro orejas y tarde redonda en esta su vigesimonovena actuación en Pamplona y que certificó así la que hasta el día de hoy es su dieciocho puerta del encierro.