El diestro Jesús Luján envió a esta redacción una carta en la que habla de forma emotiva y personal sobre la situación actual que vive la fiesta brava y que amenaza la carrera de muchos toreros.
A continuación, la misiva:
‘Hoy en día estamos viviendo momentos de extrema incertidumbre y pareciera que toda la fiesta esta de cabeza. Vivimos una época de tecnología, en la que existe una extensa gama de opciones para la diversión de la juventud y la tauromaquia cada día se aleja más de este nuevo mundo’.
‘Hoy día las figuras no son los héroes populares que eran hace algunos años y esto no es culpa de la tauromaquia como aseguran los anti taurinos, que es un espectáculo obsoleto. No. Esto es culpa de todos los que conformamos la fiesta. Nosotros mismos nos estamos encargando de destruirla desde sus entrañas’.
‘Desde el aficionado que minimiza las hazañas de los toreros aztecas, hasta el torero que paga por torear , repito no es culpa de la fiesta que los toreros se encuentren fuera de los reflectores populares , las corridas de toros cuentan con muchos elementos atractivos para elevar a los hombres a leyendas, pero esto no va a suceder si continuamos atacando a los nuestros.
‘Se tiene que cambiar la mentalidad absurda y retrograda malinchista, de que todo lo bueno esta hecho del otro lado del mundo. Yo recuerdo que cuando me enamore de esta fiesta fue por la personalidad y la hombría que representaban ídolos nacionales como Luis Castro ‘El Soldado’ o Lorenzo Garza. Aún cierro los ojos y puedo ver esa foto de las verónicas del soldado con las dos zapatillas clavadas en la arena. O aquella larga del ‘Calesero’. Sólo cierro los ojos y puedo ver al ‘Ciclón Mexicano’ haciendo ‘el teléfono’ a algún pavo.
‘Me enamoré de las historias que se contaban del ‘Meco’ Juan Silveti, de todas esas hazañas que se contaban de Antonio Campos ‘El Imposible’, hombres que se forjaban al calor de las cornadas, no en escuelas.
‘Tenemos que regresar al inicio. El toreo no es un ejercicio matemático simplificado. ¡No, señores! El toreo es un ejercicio del espíritu, los toreros tienen que tener historias qué contar, si no es así no pueden expresar nada en las plazas.
‘Cuando se crea una generación de toreros muy bien portados que siempre sacaron diez en la escuela, el resultado no puede ser otro del que vivimos actualmente. Tenemos excelentes obreros, y una fiesta cada vez más decadente.
¿No se han preguntado por qué los toreros antiguos triunfaban más en el viejo continente y tenían una técnica muy inferior a la de los toreros actuales? La respuesta es simple. Aquellos hombres sabían cuál era su atractivo hacia los públicos extranjeros y nacionales. No intentaban imitar a nadie, no es porque exista hoy en día un complot malévolo por parte de los públicos españoles en contra de los aztecas. La respuesta es simple, los toreros actuales no son atractivos para los públicos extranjeros, y son toreros impuestos en escenarios que no les corresponden. Esto no significa que todos los mexicanos seamos poco atractivos para los públicos extranjeros y nacionales.
‘Yo creo por mi experiencia personal y en todo mi andar desde niño por la fiesta brava, que he conocido a hombres con las aptitudes para rescatar nuestra fiesta, pero se han perdido en el tiempo. Tenemos que buscar exhaustivamente hombres que aporten el contenido de los toreros antiguos.
‘No puedo hablar por todos los nacionales pero me permito hablar por mí y en mi experiencia personal esto que estoy comentando es la línea de toreo que siempre he procurado y he tratado de conservar, el toreo puro, el toreo verdad sin ventajas, no es posible que no se me ha permitido expresar quien soy sobre todo en la Plaza México, nuestro máximo escenario. Yo acudo 2 o 3 veces por año solicitando una oportunidad algo que no ha sucedido hasta el día de hoy. No es posible que después de once años de alternativa y que soy un torero que supuestamente era prospecto porque toqué pelo de novillero en la misma plaza México, esté relegado soñando con una oportunidad.
‘No es posible que yo que fui un joven lleno de ilusiones y que tomé una alternativa muy digna hoy ya soy un hombre y aún no he podido demostrar las capacidades que tengo y no es posible que por culpa de algunos aficionados continuamos enfrascados con los mismos toreros que han dejado pasar docenas de tardes.
‘Esto no puede seguir pasando. No podemos darnos el lujo de seguir desechando toreros. Hoy más que nunca es muy importante no permitir que se reduzcan más las oportunidades a los nacionales. Espero que con esta nueva administración de la Plaza México se intente crear oportunidades reales, para toreros como yo, que esperamos desde hace muchos años a alguien dispuesto a rescatar nuestra fiesta y a nuestros toreros, los cuales tenemos mucho que expresar y cada día tenemos más historias que contar.
‘Tenemos que dejar el malinchismo y la hipocresía de lado, nuestra fiesta agonizante no puede darse el lujo de continuar esperando casualidades como la que pasó con Rodolfo Rodríguez “ El Pana”, quien hoy resulta que todos lo ayudaron a salir del abismo en el que se encontraba. Yo sólo recuerdo a uno que siempre lo apoyó incondicionalmente, Heriberto Murrieta. Es muy fácil hablar cuando las personas no están entre nosotros. Yo era un niño cundo conocí al “Pana” y lo admiré, cuando todos decían que era un chalado, cuando se tiraba de espontaneo pidiendo una oportunidad. Nunca imaginé que ahora me está tocando a mí, ver desde hace muchos años el rostro del olvido, ese mismo rostro que vio el “El Pana” y sentir en carne propia lo que significa la soledad de las faenas imaginarias, en las cuales cientos de toreros se han perdido en el tiempo.
‘No todos tenemos la paciencia y la afición del “Pana” no todos podemos esperar a tener 60 años, tenemos que propiciar que los toreros aztecas renazcan.Que el sentimiento del toreo a la mexicana vuelva a tener un lugar dentro del mundo taurino. Tenemos que procurar a los toreros con alma.
‘Yo continuaré en mi lucha y sobre mi línea, solo espero que Dios me siga regalando afición para poder tener la fuerza de soportar la soledad y que el público no pierda a un torero más…’.