Razones de peso
Por Gustavo Mares
Algo está pasando con el ganado que sale al ruedo de la Plaza México, donde dejando de lado la bravura, muchos de los bureles, han carecido de fuerza. Habituales han sido a lo largo de la campaña, las imágenes de los toros que rodaron por la arena debido a su manifiesta debilidad.
Ahora mismo en la Plaza México, donde se están lidiando toros muy bien presentados y con mayor trapío que en anteriores temporadas, la constante ha sido además de la impecable presentación su falta de fuerza.
Llama la atención que las novilladas que se celebraron en la México previo a la Temporada Grande sí embistieron y no tenían el gran sobrepeso que ahora mismo registran los bureles para la campaña mayor.
Se sabe de buena fuente que en más de una ocasión, algunas de las pizarras que anuncian el peso de los astados y que se colocan arriba de toriles, han tenido menos peso que el verdadero registrado en la báscula.
Hace ya algunos años, allá por el 2000, cuando TVC Televisión por Cable transmitía las corridas de la Plaza México en voz de los añorados maestros Addiel Bolio y Alfonso López, además de este reportero, el diestro valenciano Enrique Ponce decía en entrevista al término de una faena, palabras más, palabras menos: ‘donde siga la tendencia de aumentar en demasía el trapío de los toros se van a cargar la fiesta como en España’.
Cuánta razón tenía –tiene- el maestro de Chiva, Valencia.
La caja torácica del toro mexicano no está hecha para soportar demasiados kilos. Dicen los expertos, los que ‘chanelan’ del tema, que el peso ideal del toro mexicano es de 480-500 kilogramos.
Pero ahora mismo, influenciados por las imágenes que llegan de Europa y por aquellos a los que les gusta más la fiesta brava del viejo continente, los aficionados exigen cada día más un toro de mayor trapío, lo que obliga a las empresas interesadas en atender la petición del público a buscar un astado que muchas veces se sale del fenotipo de su respectiva ganadería por el excesivo tonelaje.
Ojalá que el encierro del próximo domingo en la México, de la prestigiada ganadería de Los Encinos, propiedad de Eduardo Martínez Uriquidi, embista y permita el lucimiento de los toreros anunciados, que buena falta hace un triunfo resonante en la Temporada Grande.
Así como en el escalafón hay toreros de primera línea, entre las ganaderías también las hay de elevado y bien ganado prestigio. La de Los Encinos es una de esas.
A cruzar los dedos para que los toros embistan, los toreros triunfen y la afición se retrate en la taquilla. El cartel no tiene desperdicio.
Para finalizar, la pregunta de la semana: ¿qué empresario ventajista no le ha pagado a un torero extranjero, que lucha a brazo partido en México por abrirse paso?