*Foto René García
POLOTITLÁN, Estado de México.- Una aleccionadora retienta fue la que se llevó a cabo en la naciente ganadería de Arturo Chávez, donde los diestros Salvador López y Ocaña Serrano dirigieron las labores camperas auxiliados por los novilleros Ángel Gabriel y René García.
Bajó el quemante sol de mediodía, el mexicano López, recién desempacado de Perú donde realizó triunfal gira, se recreó toreando la media docena de vacas varias de ellas con mucho sentido, a las que desengañó y pudo pegarles muletazos de gran mérito.
El español Ocaña no se quedó atrás. Con su muy particular tauromaquia demostró que está puesto para el compromiso que tiene en puerta el 4 de agosto en la Plaza El Pinal de Teziutlán.
René García aprovechó la oportunidad para saciar sus ansias de novillero.
Ángel Gabriel no se cansó de torear. Le salió a todas las vacas. Se llevó volteretas y golpes pero también la satisfacción de saberse torero. Ni un instante perdió la sonrisa a pesar de terminar con la ropa hecha girones.
Al final de las extenuantes labores camperas, la charla taurina se alargó hasta que el intenso sol comenzó a apagarse. Fue una gran jornada en la que quedó demostrado que el toreo con acento mexicano o con acento español confluyen en el camino de la emoción.
