Derrochan voluntad aficionados prácticos en Morelia

Texto y foto: Juan José López Luna

En el cortijo La Maestranza de Morelia Michoacán, se organizó un festival taurino para homenajear al torero charro Joselito Huerta, habiendo resultado muy lucido y triunfal, taurinamente.

Los espadas fueron Pepe Tapia, novillero retirado, lo mismo que Cruz Córdoba y los aficionados prácticos Victor Rodríguez, Juan José Resendiz y Leonardo Cíntora, los novillitos de Corlomé.

Con todas las medidas de sanidad por la aun contingencia del covit 19, se dieron cita en el cortijo La Maestranza un buen número de aficionados a la fiesta brava para homenajear la memoria del torero charro Joselito Huerta, torero que en su tiempo fue principal figura de la torería mexicana y del que los nuevos taurinos poco o nada conocen, pero justamente el festival lo organizaron en su mayoría jóvenes encabezados por el novillero Carlos Mauricio.

Los toreros estuvieron a la altura de los novillitos y del festejo: José Luis Tapia abrió la tarde y como en sus buenos tiempos salió al ruedo inspirado toreando con mucho sabor y torería, muy bien con el capote y con la muleta anduvo torero y despejado, pese a estar con una lesión en la pantorrilla, su faena fue coreada y saboreada por todos, pero luego de meter la espada a la primera el burel se amorcilló y pasó un calvario para matarlo.

Gilberto Cruz vino desde Tijuana a torear infiltrado por una lesión, pero la afición pudo más, aún así desde qu se abrió de capa dejó ver su buen toreo, plasmando una media verónica de pintura, con la muleta estaba toreando bien pero el animalito se colaba y lo enganchó dándole una paliza y ya no pudo seguir, por lo que se tiró a matar a un tiempo.

Victor Rodríguez que al final fue el triunfador y por ello recibió el trofeo en disputa, salió con muchas ganas y pronto calentó los tendidos con su toreo arrebatado, logrando lances y tandas con mucho sabor, la gente pidió la oreja y con ella dio la vuelta al ruedo.

Juan José Resendiz también salió al ruedo lesionado de una pierna, siendo a media faena vendado para poder seguir, anduvo aseado con capote y muleta, siendo ovacionado largamente, pero también estuvo pesado con la espada.

Leonardo Cíntora vino a levantar de sus asientos a la gente, cuando salió como un león al mojado ruedo, dado que en ese momento cayó un chubasco, novillito y torero se fundieron en una faena de mucho sabor y arte, tanto de capote como muletay no se diga en banderillas cuando puso el par de Calafia, haciendo recordar al Pana.