El diestro galo Sebastián Castella reapareció y salió a hombros, luego de protagonizar una encerrona en el marco de la cuarta corrida de la feria colombiana de Manizales en su edición 68.
El torero francés, que se presentará pronto en México, lidió toros de los prestigiados hierros de Ernesto Gutiérrez Arango, Juan Bernardo Caicedo y Las Ventas del Espíritu Santo.
Con dos orejas como cosecha, Castella volvió a los ruedos en Manizales tras poco más de quince meses de inactividad.
La tarde, de altibajos, comenzó con verónicas de temple y mando. La presencia irregular en el ruedo del experimentado matador de toros Guillermo Perla Ruiz, en calidad de espontáneo, generó una pausa obligada.
Tras ella y la vara, el francés se dobló con el muy obediente del hierro de Ernesto Gutiérrez. Ya al mando, vinieron las series en los medios, notable una con la mano izquierda.
Al segundo, de Juan Bernardo Caicedo, un toro sin exageraciones, Castella lo dejó crudo en el caballo para proceder enseguida a un variado quite de capote. El capítulo fue breve por la sosería del animal.
El tercero bis de Las Ventas sucedió a su hermano, devuelto por flojo. Lo cuidaron en el caballo, aunque no sirvió de mucho porque poco rindió ante la muleta del hombre de Béziers, más allá de lo que este pudo extraer, dándole tiempo y exigiendo de él no más de lo necesario.
La segunda mitad de la corrida abrió con uno de Juan Bernardo Caicedo que fue bravo en el caballo y reservón en el trapo rojo. Cuando no, violento. Poco por hacer.
El serio quinto tardó en definirse. Cuando lo hizo, en los medios, exhibió calidad en los largos viajes tras la muleta del torero francés.
Vinieron entonces los momentos más vibrantes de una tarde que hasta ese momento había atravesado un desierto de decepciones. Dos orejas y vuelta al ruedo al toro.
El sexto de Gutiérrez se movió con franqueza tanto en el capote del torero de Francia como en los de los sobresalientes Juanito Ortiz y Juan Sebastián Hernández, invitados por él en esa suerte.
La nobleza del ejemplar de la ganadería de la casa permitió la construcción de una faena limpia, agradecida por los tendidos. Los desaciertos con la espada impidieron el éxito en este turno de cierre.
FICHA DE LA CORRIDA
El primero de Ernesto Gutiérrez: noble, palmas. Segundo de Juan Bernardo Caicedo: soso, pitos. El tercero bis de Las Ventas del Espíritu Santo: justo de fuerzas y de fondo, pitos. El cuarto de Juan Bernardo Caicedo: bravo en el caballo y reservón en la muleta, pitos. El quinto de Las Ventas del Espíritu Santo: bien presentado y noble, vuelta al ruedo al toro. El sexto de Ernesto Gutiérrez Arango: noble.
Sebastián Castella, malva y plata: tres cuartos y descabello, palmas; entera, silencio; desprendida, ligeras palmas; trasera, silencio tras aviso; pinchazo y entera, dos orejas, y palmas tras aviso.
El diestro galo Sebastián Castella forma parte del elenco de las plazas más importantes de nuestro país.