Texto y Foto: Agencia de Información Taurina de Bernarda Muñoz
Las ganas por agradar de los tres toreros anunciados este lunes en la corrida de feria de Santa Clara, Estado de México, se estrellaron de frente con las dificultades del encierro de José Garfias que enfrentaron. Los seis, con matices, desarrollaron complicaciones.
En este marco, el mejor librado fue el diestro queretano Juan Pedro Llaguno, quien le cortó una oreja a cada uno de sus toros.
Ernesto Javier ‘Calita’, por encima de su lote, ovación y palmas; Francisco Martínez, al tercio y ovación.
EL FESTEJO
El primer apéndice de la tarde llegó en el tercer toro, un ejemplar curtido que la tomó de salida con los burladeros y se dejó dar en el peto. Fue un toro con emoción al embestir.
El mexicano Juan Pedro Llaguno anduvo prevenido en el capote e irregular en banderillas. Con la muleta tardó en perder las precauciones y lució al astado en algún pase con la mano derecha.
Se equivocó Llaguno retrasando la muleta al citar. No templó y acabó por ir dando trapazos al paso detrás de la res. A pesar de esto y pinchar con la espada logró una oreja.
Con el cierra plaza tuvo muchos errores en banderillas, incluso en las distancias. Con sus dos toros acabó en el suelo a punto de ser cogido. El tremendismo ayudó al joven
Su labor de muleta estuvo por debajo de un buen toro que tomaba decidido la tela. Llaguno en todo momento citó sin sitio, extendiendo el brazo para ver pasar el animal de lejos. No faltaron por esto reproches desde los tendidos para el espada.
Ejecutó bernardinas antes de una estocada casi entera que le valió la segunda oreja.
La sexta presencia de “El Calita” en Santa Clara inició con un animal de escasa casta. La justa para cumplir en una primera tanda de buenos derechazos de Ernesto Javier. Seis pases y un pase de pecho. Impecables todos.
El toro no dio más de sí. Se paró y se defendió con peligro. Pronto lo comprendió el torero que tomó sin mucha dilación el estoque. Mató tras varios intentos.
‘El Calita’ tampoco tuvo suerte con el manso cuarto de la tarde. De correcta presentación pero ninguna casta. El matador se percató que su rival hacía hilo y tramitó la faena salvaguardando distancias y ayudándose del acero para mostrar al Garfias el camino final.
Por su parte Francisco Martínez recibió con una larga cambiada de rodillas a una res de 500 kilos bien repartidos. La casta no estaba presente en el José Garfias.
Martínez asumió el tercio de banderillas en el que principalmente bailó, aunque sí debió tragar lo suyo para dejarle los palitroques al inerte segundo de la tarde.
Con la muleta el de luces puso disposición y el engaño en buen lugar por ambos pitones. Pero no hubo manera de mover al toro descastado.
Los presentes agradecieron los pases que logró realizar. Dejó una estocada caída que produjo una larga agonía al toro.
Con un ejemplar de decidido viaje que salió en quinto lugar, Martínez pudo realizar unos delantales con el capote y tres espectaculares pares de banderillas.
Con la muleta no encontró la distancia. El toro empezó a derrotar al embestir por la indecisa propuesta del diestro. Fue de más a menos el astado. El torero fue improvisando sin estructura de lidia alguna y al final tuvo que recurrir al descabello.