El diestro peruano Andrés Roca Rey cortó una oreja en la plaza española de Bilbao, con fuerte petición del público de que se le concediera la segunda.
Ante doce mil espectadores se lidiaron toros de Victoriano del Río, de dispar presentación por remate y alzada, aunque predominando las buenas hechuras y la seriedad en las cabezas.
En cuanto a juego, los hubo con nobleza y clase, como el lote de Manzanares, con bravo temperamento, como el tercero, y con repetición y profundidad en las embestidas, como el sexto. El de Talavante resultó sin raza.
José María Manzanares, oreja y palmas; Alejandro Talavante, un aviso y silencio; Roca Rey,silencio y oreja.