‘Desde niño he vivido gracias a la venta de tamales en la calle. Me gusta y es una herencia familiar, pero yo soy matador de toros, y uno muy afortunado, porque aunque muchos compañeros de generación míos ya se quitaron de esto, yo sigo adelante y en puerta tengo el compromiso más importante de mi vida’, comenta el torero de Iztacalco, Juan Luis Silis, quien está anunciado en el serial de corridas que se darán a partir del próximo mes en la Plaza México.
Silis Bobadilla, padre de un hijo, se gana la vida por las mañanas en un modesto puesto de tamales y atole en avenida Congreso de la Unión, donde saca mesas y sillas de plástico para atender a los comensales.
En más de una ocasión le ha tenido que ‘hacerle al torero’ con los inspectores encargados del tema y que han querido quitarlo. Sin embargo, Silis tiene la documentación que le permite ganarse la vida de esta manera, mientras llega el momento de ‘jugarse todo a una carta’.
El diestro de Santa Anita está anunciado en el primer festejo del serial capitalino, programado para el 16 de septiembre, fecha en la que hará el paseíllo al lado del rejoneador yucateco Cuauhtémoc Ayala y a pie, Pepe Murillo, Angelino de Arriaga, Luis Ignacio Escobedo, quien confirmará la alternativa, además de Juan Pedro Llaguno para enfrentar un encierro de la ganadería jalisciense de San Marcos.
‘Mi apoderado ha hecho un gran esfuerzo. Detrás de esta contratación hay mucho esfuerzo’, comparte Silis, quien este fin de semana, a manera de preparación, lidiará y matará un toro en Tlaxcala.
‘Estamos bien preparados. Claro que me gustaría llegar a este compromiso con más festejos a cuestas, pero es lo que hay’, comparte.
‘Podría sonar muy trillado, pero el día 16 saldré a colgarme de un clavo ardiendo. No hay más camino que cortar las orejas. La combinación no tiene desperdicio, porque de alguna u otra manera, mis alternantes atraviesan por una situación similar a la mía’, agrega Juan Luis.
Al torero del barrio de Santa Anita se le nota fuerte. Está delgado y presume con orgullo el ‘lavadero’ que tiene por abdomen. Como el ‘Ave Fénix’, Silis Bobadilla se ha tenido que reinventar. No hace mucho sorteó una serie de difíciles problemas personales y familiares, que le llevaron a tocar fondo. Pero él es torero y logró salir de ese bache para afrontar el futuro con garbo.
‘Todo eso quedó atrás. El pasado está enterrado y olvidado. Para atrás, ni para tomar vuelo. En el ruedo menos, ahí siempre hay que echar la pata´pa lante, a demostrar que somos toreros buenos’, sentencia Silis, quien lleva en el lado izquierdo del cuello y el rostro las huellas imborrables de una grave cornada que sufrió hace años en Pachuca, cornada por la que no se escapó el valor, sino que ratificó la afición y vocación del diestro iztacalquense.