Si las oportunidades no le llegan a IGNACIO OLMOS… él las busca o las inventa

Para el matador de toros español Ignacio Olmos no hay imposibles. A pesar de lo cerrado de la escena taurina hispana se las ingenia para ponerse ‘delante del de negro’.

El toledano, avíos al hombro, tomó carretera con destino a la provincia madrileña de Alameda, donde se celebran capeas en las que sale el toro ‘hecho y derecho’.

En esos escenarios suelen llegar muchos bureles que por diversos motivos no fueron lidiados en la campaña. Con el paso de los meses aumentan su fortaleza, por lo que cuando los sueltan en las calles causan una mezcla de emoción y terror.

En estas festividades, ‘la gente que lo desea se baja al ruedo y les hacen recortes, quiebros, saltos, y también hay quien echa la capa. Yo me enteré por un amigo, que iban a soltar dos toros al término de una novillada que se celebró. Me lancé para allá, vi la novillada en el tendido, y después a la hora de la capea me bajé al toro, que fue de Marqués de Quintanar. Tenía casi seis años. Fue un buen toro’, comparte vía telefónica el toledano.

‘Es una forma de prepararse, y de no perder el contacto con el toro, para cuando llegue la oportunidad que tanto busco. Quiero  estar habituado al volumen, la respiración y la presencia del toro. También está la dificultad de que en ese momento hay otras gentes pisando el ruedo, alrededor, y el toro se puede tocar con ello. Aparte de que los toros están sin picar ni banderillear ni nada. Confieso, que no suelo ir a todas las capeas que hay de este tipo, ni le salgo a todos los toros, puesto que en algunos sitios hay demasiada gente o están toreados. Pero les salgo cuando creo que de verdad me puedo entregar y hacerles cosas que me valgan para mejorar como torero y crecer’.

Por último, el matador de toros dice categórico que no descansará hasta que se le abran las puertas no sólo de España sino de toda la ‘geografía taurina’ incluido México.