* Para ver las fotos de los maestros Tadeo Alcina y Angel Sainos, click aquí: Corrida nueve
Las fallas con el acero le impidieron a Fermín Rivera salir a hombros hoy en la Plaza México, donde cuajó dos buenas faenas.
El potosino dejó de manifiesto que su tauromaquia ha ganado en experiencia y profundidad.
Los trasteos que realizó este día en la México, en una tarde en la que el frío se sintió con fuerza, fueron clásicas, sobrias y por lo mismo, muy emocionantes.
El toreo que ejecutó Rivera este domingo en la monumental fue honrado, sin ventajas ni chabacanerías. Es más, habrá, seguramente, quien diga que fueron ‘faenas para toreros’, quizá no fáciles de asimilar para los aficionados de nuevo cuño y ahí radica precisamente la magia de lo que hizo Fermín, pues lo clásico, lo bien hecho, transmite y emociona por sí mismo.
No hace falta ser experto en arte para emocionarse con el cuadro de Las Meninas, por ejemplo. Eso mismo pasó en el coso grande con la actuación de Rivera pues no hacía falta ‘chanelar’ para conmoverse con su obra.
El primero de su lote, bravo y débil, le permitió pergeñar un trasteo de calidad. Tras pinchazo y estocada dio vuelta al ruedo con petición de oreja que el juez no concedió.
Más intensa fue su segunda faena. El astado no estaba sobrado de fuerza. El mejor lado del burel era el derecho y por ese lado gravitó la faena.
Con la figura erguida y la mano baja, Fermín se perfilaba para triunfar pero antes de acertar con la toledana dejó una estocada que ‘hizo guardia’, como dicen en España.
Dio clamorosa vuelta al ruedo con petición de oreja.
Qué bonito es el toreo clásico cuando se hace con pureza.
El español Daniel Luque y el tlaxcalteca Sergio Flores, por encima de sus respectivos lotes, fueron ovacionados.
Por cierto, Flores fue prendido por su primero, afortunadamente sin graves consecuencias.
El rejoneador Rodrigo Santos tuvo al ‘santo de espaldas’. Su toro se despitorró y el turno se corrió. Ese burel parecía que se prestaría para el lucimiento del jinete.
En su lugar salió uno de Marco Garfias, de complicadas embestidas. El torero a caballo le echó afición pero no la tuvo fácil. Para colmo de males pasó fatigas en el tercio final y por lo mismo el público le protestó.
Se lidiaron toros de Villa Carmela, bien presentados, débiles pero bravos en general.