Para Silveti el toreo es un ejercicio del alma

A días de hacer el paseíllo en la Plaza México el matador de toros Diego Silveti afina detalles en el campo bravo. Estos días previos al compromiso en el que compartirá créditos con Juan Pablo Sánchez y el sevillano Juan Ortega, quien confirmará la alternativa, realizó labores de tienta en las prestigiosas ganaderías de Fernando de la Mora y Arroyo Zarco.

A diferencia de otros toreros, Silveti se juega mucho en el coso grande, porque está el prestigio de por medio. A Diego le anteceden tres generaciones de matadores de toros. Su bisabuelo, abuelo, padre y tío han ocupado primeros lugares en la tauromaquia a lo largo de la historia y él se ha encargado de mantener el legado por todo lo alto.

Es por lo mismo, que no se arredra ante el compromiso que le espera el domingo a pesar de que apenas el pasado 2 de noviembre sufrió un percance en la rodilla izquierda, que ya tenía operada con anterioridad.

A pesar de las molestias Silveti se ha sometido a una intensa recuperación y es que según la opinión de los médicos que le atienden esa lesión requiere forzosamente ingresar al quirófano. Pero puede más su amor propio y afronta el desafío en el que lidiará toros de Montecristo, ganadería propiedad de Germán Mercado Lamm.

No será la primera ocasión que Silveti parta plaza tras algún percance. En más de una ocasión se ha enfundado en traje de luces con las puntos de sutura aún frescos, pero él se mantiene inmutable. Y es que no le mueve el dinero al menor de la dinastía mexicana es un compromiso consigo mismo más allá de cualquier cuestión material.

Es por lo  mismo, que su apoderado, el maestro en el retiro Alejandro Silveti Barry, afirma categórico: ‘Aunque tiene ese problema en la rodilla, Diego afronta este compromiso al ciento por ciento. No es que salga al ruedo sólo por el dinero o a cumplir, no señor. Sale a dejar la vida en el ruedo. En el mano a mano que sostuvo hace unos días en Irapuato con Enrique Ponce salió a hombros’.